Médium: Precauciones contra el fraude espiritista

Durante el apogeo espiritista muchos médiums fueron acusados de farsantes, siendo Eva. C una de las afectadas. Para evitar engaños, investigadores de la materia acompañaron a la médium para vigilar, corroborar y documentar que las sesiones realizadas estaban libre de estafa.

Precauciones contra fraude

«Desde el 10 de diciembre de 1917 al 11 de marzo de 1918, y siempre en colaboración con la Sra. Bisson, las sesiones tuvieron lugar exclusivamente en mi laboratorio y bajo unas determinadas condiciones:
Fraude espiritista

  • Comprobación y vigilancia: durante toda la serie de sesiones celebradas en mi presencia en casa de la Sra. Bisson o en mi laboratorio, la comprobación y vigilancia ha sido igual.
  • Vigilancia de la sala: la sala, que estaba cerrada con llave en el intervalo entre las sesiones, se revisaba cuidadosamente todas las veces antes y después de utilizarla. No había en esta sala más que algunas sillas de rejilla y una cabina amovible.
  • La cabina estaba cerrada por todas partes, excepto por una de las caras que la cubrían dos cortinas susceptibles de correrse. La presencia de la cabina no impedía en nada la vigilancia por las siguientes razones:
    1. Eva, que estaba sentada en un sillón de mimbre detrás de las cortinas, tenía las mano fuertemente sujetas durante toda la sesión por la Sra. Bisson y por el Dr. Geley. Muchas veces el Geley sujetaba las dos manos.
    2. Las cortinas quedaban siempre más o menos abiertas cuando se producía un fenómeno, de modo que la visibilidad de este era perfecta. El resto del tiempo permanecían entreabiertas.
    3. La cabina cabina se inspeccionaba con el mayor cuidado antes y después de las sesiones y Eva entraba en ella solamente en traje de trabajo.
  • Vigilancia del médium: Eva se desnudaba completamente en una habitación inmediata antes de las sesiones. Allí se vestía con un traje de punto negro que se cosía con hilo blanco en la espalda y en los puños. El cabello y sus cavidades bucal y faríngea se examinaban con cuidado. El tacto vaginal se realizó dos o tres veces. Terminado con estas precauciones, el Dr. Geley cogía a Eva de las manos y andando para atrás la sentaba en el sillón de rejilla, quedando sus manos siempre a la vista y sujetas fuera de las cortinas.
  • Alumbrado: las sesiones siempre se han dado con muy buena luz, casi siempre se iluminaba la sala por medio de luz blanca reflejada. Cuando se querían sacar fotografías se aseguraba el alumbrado por medio de lámparas eléctricas rojas de intensidad total entre 30 y 60 bujías.»

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