Médium: Gladys Leonard

Gladys Osborne Leonard (1882-1968) fue una médium de trance y colaboradora de las investigaciones de la Society for Psychical Research entre 1920 y 1930. Al contrario que otras médiums, nunca estuvo involucrada en acusaciones formales de fraude ni ningún otro altercado que sugiriera algún engaño.

¿Quién fue?

Médium Gladys Leonard
El 28 de mayo de 1882 nació en una familia de clase media en Lytham, Lancashire. Desde corta edad tuvo sucesos extraños que narró más adelante en su autobiografía, donde explicaba las frecuentes visiones que tuvo despierta de lugares que llamó "Happy Valleys" o la aparición de un vecino fallecido.
 
Sus padres, de creencias anglicanas, no creían tales cuestiones psíquicas así que Gladys aprendió a reprimir estas experiencias. Años más tarde, durante su adolescencia y  para desagrado de su madre, acudió a un encuentro espiritista por curiosidad.

Inició una carrera en el teatro musical mientras trabajaba de servicio para aportar dinero a casa. La situación económica de la familia era crítica. En los momentos libres acudía a sesiones con sus amigos donde experimentaban con la mesa giratoria, convirtiéndola pronto en una médium de trance. Su mediumnidad fue en aumento y, en 1915, empezó a relacionarse con la Society for Psychical Research, conociendo a personalidades como Oliver Lodge, Marguerite Radclyffe-Hall y Una Troubridge. Radclyffe-Hall le compró una casa de campo para que estuviera disponible para las sesiones, proporcionándole así una fuente de ingresos. Más tarde se compró una casa en Tankerton, Kent, donde vivió durante gran parte del resto de su vida, dedicándose a su casa y al cuidado de su marido hasta su muerte en 1968.

Gladys Leonard escribió tres libros sobre sus experiencias psíquicas y sus reflexiones sobre ella, dejando a un lado la literatura de investigación psíquica. Daba sesiones a personas con escasos recursos pese a que contaba con una clientela acomodada que le proporcionaba suficientes ingresos. Su relación con la SPR le ayudó a asegurarse de que sus sujetos fueran inteligentes, comprometidos y serios en la tarea. Leonard era una mujer compasiva, transparente e íntegra, por lo que nadie que la conociera, jamás sugirió que hubiera algún tipo de fraude en sus sesiones.

Mediumnidad de Gladys Leonard

Leonard estaba consideraba una médium de trance. Al comienzo de cada sesión era autoinducida en un trance hipnótico, dando paso a una personalidad que tomaba el control. Feda, la personalidad mostrada, se identificó como un ancestro indio de Leonard que falleció en 1800 a causa de un parto. Hablaba de manera diferente a la de Leonard, en un tono agudo, ceceante e infantil, refiriéndose a sí misma en tercera persona la mayor parte del tiempo. No se sabía con claridad si Feda era una personalidad desencarnada, como creían algunos investigadores, o si por el contrario era una personalidad secundaria de la mente inconsciente de Gladys Leonard, como otros argumentaban.
Médium Gladys Leonard
Las sesiones de la médium se caracterizaban por reunirse con alguien generalmente anónimo que esperaba comunicarse con un ser querido fallecido. Debido a un acuerdo con la SPR, Leonard dio sesiones en exclusiva a investigadores. Las personas fueron presentadas anónimamente  y, en todo momento, estaba la presencia de un anotador. Los mensajes obtenidos en las sesiones eran en su mayoría a través de Feda, aunque en ocasiones se daban directamente de Leonard. Quienes acudían en su ayuda aseguraban que la forma de comunicar los mensajes era característica del fallecido.

Las primeras sesiones con Oliver Lodge y los miembros de su familia fueron descritas en su libro Raymond or life and death. Sin embargo, las sesiones con mejores resultados fueron organizadas con la novelista Marguerite Radclyffe-Hall, su pareja Una Troubridge y Drayton Thomas. Radclyffe-Hall quiso que los movimientos de la médium fueran vigilados, lo que acabó confirmando que nunca hubo un indicio de fraude o comportamiento sospechoso.

Un inconveniente en la investigación de Gladys Leonard fue la relación que, a pesar de las precauciones, desarrolló con algunas personas a las que asistía en las sesiones. Esto pudo afectar tanto a las pruebas obtenidas como a su juicio objetivo.

Sujetos

Marguerite Radclyffe-Hall y Una Troubridge

La primera sesión tuvo lugar en agosto de 1916 con la esperanza de comunicarse con la pareja fallecida de Radclyffe-Hall, Mabel Batten. Apareció una personalidad cuyo perfil coincidía con el de Batten y que mediante la mesa, dio el nombre del lugar donde Mabel y Marguerite habían estado juntas antes de su muerte. Impresionadas con este hecho, Marguerite y Una iniciaron una investigación sobre la mediumnidad de Leonard, facilitada por los ingresos de Radclyffe-Hall. Ambas eran mujeres cultas e inteligentes dispuestas a desafiar las creencias. Por su parte, Troubridge era una gran observadora y poseía conocimientos sobre la disociación y la personalidad múltiple.
 

William Brown

William Bron fue el fundador del primer laboratorio de psicología que se estableció en Oxford. En su libro Science and Personality, dedicó una sección a discutir la mediumnidad de Gladys Leonard, después de una sesión en la que pudo identificar a cuatro personalidades. Las cuatro voces comunicantes eran individuos que pudo identificar por los detalles que dieron. Brown había observado anteriormente casos de telepatía y clarividencia entre veteranos de guerra, pero no intentó explicar la mediumnidad de Leonard en estos términos.

Visitantes americanos
Médium Gladys Leonard
Leonard daba sesiones independientes a visitantes de Estados Unidos, entre los que se encontraban:  Lydia C. Allison, John Thomas y Gertrude Tubby. Estas sesiones estaban bien controladas ya que los propios sujetos se habían informado sobre esta rama de la investigación psíquica y, además, la distancia geográfica hacía imposible que Leonard obtuviera la información sobre sus circunstancias personales, ya sea por fraude o inconscientemente.
 
En 1920 murió el marido de Allison, quién creía en la supervivencia después de la muerte. Ella que no era creyente, le pidió a Walter Franklin Prince que evaluara la información obtenida. Pensaba que, al haberse celebrado varias sesiones, posiblemente permitió que la médium se familiarizara con sus circunstancias y, por tanto, obtener información. Sin embargo, Prince determinó que desde el principio se habían dado detalles personales muy evidentes que dejaba a un lado el pensamiento de fraude.

Por otro lado, John Thomas buscó pruebas de la supervivencia de su esposa, fallecida en julio de 1926. El éxito obtenido en Estados Unidos le animó a viajar a Inglaterra donde estudió meticulosamente el tema. A menudo celebraba sesiones en las que hacía que otra persona se sentara como apoderado en su nombre, y se aseguraba de que se registrara los resultados con exactitud. La información obtenida de la médium la verificaba entre sus propios registros y descartaba aquella no verificable, por muy persuasivo que pareciera. De 2.964 mensajes que la personalidad comunicante hizo, 2.358 eran correctas, 196 incorrectas, 231 no concluyentes y 179 no verificables. 

Crítica a Gladys Leonard

Los escépticos de la mediumnidad han cuestionado los resultados de Gladys Leonard por varios motivos. En primer lugar, señalan que Leonard tuvo contacto cercano con algunos sujetos de las sesiones. La estrecha amistad que forjó en algunos casos planteó la posibilidad de que se contaminaran las pruebas. Por otro lado, aunque no se ha probado, conciben la idea de que el trance no impidiera escuchar, por casualidad, los comentarios susurrados por los sujetos que, sin quererlo, podrían haber proporcionado información.

Críticos como Whately Carington destacan algunas cuestiones relativas a la personalidad de Feda. Llegaron a la conclusión de que se trataba de una personalidad secundaria originada en la mente inconsciente de Leonard y no de un individuo desencarnado.

Algunos críticos no fueron conscientes de las condiciones de las sesiones, confundiéndolas con las sesiones de espiritismo celebradas en la oscuridad total por médiums físicos. Afirmaciones como obtener información a través de un análisis del sujeto, no tienen en cuenta el hecho de que estaba en trance, como se ha comprobado fehacientemente y, por lo tanto, no tenía memoria de lo que decía en ese estado.

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